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Explotación de Buffer Overflow: Cómo una vulnerabilidad clásica sigue comprometiendo sistemas modernos

2 minutos
min read
April 21, 2025

Cuando pensamos en las amenazas que enfrenta la infraestructura moderna, solemos imaginar tácticas sofisticadas y exploits de día cero. Pero a veces, son los trucos más antiguos los que causan más daño.

Las vulnerabilidades de buffer overflow, identificadas por primera vez en la década de 1970, siguen siendo un problema persistente. A pesar de los avances en sistemas operativos, compiladores y herramientas de seguridad, los atacantes aún logran explotar estas fallas para ejecutar código arbitrario, obtener acceso privilegiado e incluso tomar control total de sistemas modernos. ¿Cómo es posible que esto siga ocurriendo? Vamos a profundizar un poco más.

¿Qué es un buffer overflow y por qué sigue siendo relevante?

Un buffer overflow ocurre cuando un programa escribe más datos en un buffer —una porción de memoria de tamaño fijo— de los que puede almacenar. Esta sobrescritura puede alcanzar ubicaciones adyacentes en la memoria y provocar comportamientos impredecibles. En el peor de los casos, permite a un atacante ejecutar código malicioso o corromper la memoria del sistema.

Podrías pensar que las protecciones modernas como los stack canaries, la aleatorización del espacio de direcciones (ASLR) y la memoria no ejecutable (NX) han resuelto este problema. Y en parte, han elevado el nivel de dificultad. Pero no todos los sistemas están correctamente configurados. No todas las aplicaciones se desarrollan de forma segura. Y no todas las organizaciones mantienen su software actualizado.

Los atacantes lo saben —y buscan activamente entornos donde estas defensas estén ausentes, mal configuradas o puedan ser evitadas.

Ejemplo de ataque de buffer overflow: cómo sigue funcionando la explotación

Imaginemos que un atacante encuentra una aplicación heredada ejecutándose en un servidor. Está escrita en C y no ha sido actualizada en años. La función de inicio de sesión acepta datos de entrada, pero no verifica adecuadamente su longitud antes de almacenarlos en memoria.

El atacante envía una entrada cuidadosamente diseñada —más larga de lo esperado— que incluye código ejecutable (shellcode) y una dirección de retorno manipulada. Cuando la aplicación intenta retornar desde la función, salta al código del atacante en lugar de seguir su flujo normal.

Desde ahí, puede abrir una shell, escalar privilegios o instalar malware, todo utilizando una vulnerabilidad conocida desde hace más de 40 años.

Este ejemplo no es hipotético. Muchas brechas de seguridad en la última década se originaron en fallas similares, tanto en software empresarial como en aplicaciones desarrolladas a medida.

¿Por qué las vulnerabilidades heredadas siguen siendo efectivas?

Hay varias razones por las que los buffer overflows aún funcionan:

  • Prácticas inseguras de codificación: Muchas aplicaciones siguen utilizando funciones peligrosas como gets() o strcpy() sin validación de límites.
  • Falta de formación en seguridad: No todos los desarrolladores están entrenados en manejo seguro de memoria, especialmente en lenguajes de bajo nivel.
  • Código heredado: Con frecuencia se reutiliza o adapta sin una revisión de seguridad adecuada.
  • Actualizaciones inconsistentes: No todas las organizaciones priorizan los parches en bibliotecas de terceros o sistemas antiguos.
  • Confianza excesiva en protecciones automáticas: Algunas dependen únicamente de configuraciones del compilador sin verificar si están correctamente habilitadas.

Estos descuidos crean las condiciones ideales para que vulnerabilidades clásicas resurjan en entornos actuales.

La lección: no subestimes a los clásicos

La ciberseguridad no se trata solo de perseguir las amenazas más nuevas. A veces, se trata de cubrir lo básico. Los buffer overflows nos recuerdan que las vulnerabilidades heredadas pueden —y de hecho lo hacen— comprometer incluso las infraestructuras más modernas.

Los equipos de seguridad deben:

  • Revisar el código antiguo en busca de funciones inseguras.
  • Aplicar prácticas de desarrollo seguro.
  • Actualizar y parchear regularmente los sistemas heredados.
  • Considerar lenguajes con manejo de memoria seguro para futuros desarrollos.

Entonces, la verdadera pregunta es: ¿podría una vulnerabilidad de buffer overflow olvidada ser la puerta por la que un atacante está esperando para entrar?

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